
pasa,
hay tabaco por toda
la casa
y tengo café.
Necesito
Enseñarte
unas fotos que anoche encontré
en un viejo cajón enterradas.
Me doblaron brutales arcadas
como la primera vez.
Iban
en un
sobre blanco y gris.
Hay algunas muy desenfocadas
y otras las perdí por ahí.
Pero las fotos que han resistido
hablan de un paraíso prohibido
y de lo hijoputa
que fui.
Y aquí es donde viví
y a esta gente la amé
y esta copa yo la bebí
llorando de placer.
Y esta es mi vieja guitarra
y aquél hijoputa del fondo soy yo.
Unos añitos más joven,
cuando aún escribía poemas de amor.
Para chiquillas como esta
que vino a mi cama pa’ oírlas cantar
pero en un año la puse más triste que el vino
y más perra que el mar.
Fueron
los tiempos
del gran subidón.
Mucha priva y muy poco dilema y hablar
por los codos, follar sin condón.
Fundimos todos nuestros fusibles.
Todo nos parecía posible
menos la rendición.
Una
canción
que escribí
sucedía bajo esta ventana.
Y aquí estamos tocando en Madrid.
Y esta es de aquella noche en la playa:
ella dejó caer la toalla y
se acercaba a mí.
Todo aquello murió
Y me encuentro muy bien
Pero anoche en mi habitación
Volvió a pasar el tren.
Y se fue con sus amigos
porque ellos sí saben hacerla reir
yo me guardé estas fotitos
pa luego contigo poder presumir.
Y hoy es tan amplia la escarcha
que no se resbala ni al verme venir.
Y el hijoputa del fondo te jode
la noche y se quiere morir.
No te
marches:
queda café.
Te daría una cerveza fría
Si no hubiera dejao de beber.
Ahora ya nunca saco fotitos
Para no crear más falsos mitos
con los que perder la fe.
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